Daniel Gosorito Pérez

Encuentro con Gorosito…

Daniel Gorosito Pérez

EL PAPA FRANCISCO Y EL PAPEL FORMATIVO DE LA LITERATURA

El día 17 de julio del 2024, el papa Francisco publicó una carta dedicada a analizar el papel de la literatura en la formación. La carta está pensada y dirigida a los sacerdotes, pero es válida para cualquier persona que desee ampliar y perfeccionar su formación.

En sus primeras líneas, comenta Francisco que las vacaciones veraniegas son una buena ocasión para dedicarse más a la lectura, aprovechando los periodos de más descanso. También se refiere a que es una buena época para aparcar “la obsesión por las pantallas” y los medios audiovisuales.

Para Francisco, las redes sociales y los medios de comunicación digitales han sustituido en los últimos tiempos a la lectura, a la vez que se ha rebajado a la literatura a la consideración de mero entretenimiento para pasar el rato, propósito que no compartía el papa argentino.

Recuerda Su Santidad en la carta, sus años de profesor de Literatura en un colegio jesuita, en Santa Fe, entre 1964 y 1965. Allí descubrió el papel formativo de la literatura para sí mismo y sus alumnos, y se aficionó a los “artistas trágicos”, a aquellos escritores que son capaces de bucear en sus propios dramas, que son también los de este tiempo.

Para Francisco, la lectura de obras literarias tiene un papel formativo indispensable e insustituible. Los sacerdotes, dice, deben estar en contacto con aquella literatura que propicia “el diálogo con la cultura de su tiempo, o simplemente con la vida de personas concretas”. Las obras literarias son muchas veces la puerta de entrada para comprender “la polifonía de la Revelación” y para acercarse al misterio, además de permitir entrar en contacto con las luces y las sombras del corazón humano.

Valora el papa positivamente los efectos benéficos de la literatura también desde un punto de vista pragmático: “ayuda a adquirir un vocabulario más amplio y permite aprender a expresar los propios relatos de una manera más rica”. También hace posible reducir los niveles de deterioro cognitivo y rebajar “el estrés y la ansiedad”.

Pero Francisco va más allá de estas “utilidades”, pues para él la literatura prepara especialmente a los lectores a afrontar las diferentes situaciones que se pueden presentar en la vida y a conocer las preocupaciones, dramas, peligros y miedos de nuestros contemporáneos. Con palabras del poeta Paul Celan, que el papa emplea como colofón de esta carta, “quién realmente aprende a ver se acerca a lo invisible”.

Con palabras de Jorge Luis Borges, a quien cita en esta carta, la literatura posibilita “escuchar la voz de alguien”. Esta es la puerta de entrada para “tocar” el corazón del ser humano, para que se conmueva y se abra. Si hay mucha gente incapaz de emocionarse ante lo que está fuera de ella, la literatura puede proporcionar la necesaria sensibilidad para abrirse al otro y a la trascendencia.

Enfocada así, la literatura para los sacerdotes y todas las personas es un potente ejercicio de transformación personal, un entrenamiento para “buscar y explorar la verdad de las personas y las situaciones”, con un enfoque particular y a la vez universal.

La literatura cambia, a los lectores, los hace más abiertos y sensibles “frente a las experiencias de los demás”, además de obligarles a salirse de sí mismos “para entrar en lo profundo de su interior”. Reflexionando sobre las limitaciones y las fragilidades de los demás tenemos también la oportunidad concluye el papa Francisco de “reflexionar nuestra propia vida”, lo que multiplica nuestra comprensión del prójimo.

Para Francisco, la lectura es una de las actividades que más puede contribuir a humanizar a una persona: a hacerla consciente de quién es, a que reconozca la voz del otro, y la de Dios.

¡Hasta el próximo encuentro…!
Dr.(c). Washington Daniel Gorosito Pérez
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