
Encuentro con Gorosito…
Daniel Gorosito Pérez
EL PAPA FRANCISCO Y EL PAPEL FORMATIVO DE LA LITERATURA
- Partilhar 08/05/2025

El día 17 de julio
del 2024, el papa Francisco publicó una
carta dedicada a analizar el papel de la
literatura en la formación. La carta está
pensada y dirigida a los sacerdotes, pero es
válida para cualquier persona que desee
ampliar y perfeccionar su formación.
En sus primeras líneas, comenta Francisco
que las vacaciones veraniegas son una buena
ocasión para dedicarse más a la lectura,
aprovechando los periodos de más descanso.
También se refiere a que es una buena época
para aparcar “la obsesión por las pantallas”
y los medios audiovisuales.
Para
Francisco, las redes sociales y los medios
de comunicación digitales han sustituido en
los últimos tiempos a la lectura, a la vez
que se ha rebajado a la literatura a la
consideración de mero entretenimiento para
pasar el rato, propósito que no compartía el
papa argentino.
Recuerda Su Santidad
en la carta, sus años de profesor de
Literatura en un colegio jesuita, en Santa
Fe, entre 1964 y 1965. Allí descubrió el
papel formativo de la literatura para sí
mismo y sus alumnos, y se aficionó a los
“artistas trágicos”, a aquellos escritores
que son capaces de bucear en sus propios
dramas, que son también los de este tiempo.
Para Francisco, la lectura de obras
literarias tiene un papel formativo
indispensable e insustituible. Los
sacerdotes, dice, deben estar en contacto
con aquella literatura que propicia “el
diálogo con la cultura de su tiempo, o
simplemente con la vida de personas
concretas”. Las obras literarias son muchas
veces la puerta de entrada para comprender
“la polifonía de la Revelación” y para
acercarse al misterio, además de permitir
entrar en contacto con las luces y las
sombras del corazón humano.
Valora el
papa positivamente los efectos benéficos de
la literatura también desde un punto de
vista pragmático: “ayuda a adquirir un
vocabulario más amplio y permite aprender a
expresar los propios relatos de una manera
más rica”. También hace posible reducir los
niveles de deterioro cognitivo y rebajar “el
estrés y la ansiedad”.
Pero Francisco
va más allá de estas “utilidades”, pues para
él la literatura prepara especialmente a los
lectores a afrontar las diferentes
situaciones que se pueden presentar en la
vida y a conocer las preocupaciones, dramas,
peligros y miedos de nuestros
contemporáneos. Con palabras del poeta Paul
Celan, que el papa emplea como colofón de
esta carta, “quién realmente aprende a ver
se acerca a lo invisible”.
Con
palabras de Jorge Luis Borges, a quien cita
en esta carta, la literatura posibilita
“escuchar la voz de alguien”. Esta es la
puerta de entrada para “tocar” el corazón
del ser humano, para que se conmueva y se
abra. Si hay mucha gente incapaz de
emocionarse ante lo que está fuera de ella,
la literatura puede proporcionar la
necesaria sensibilidad para abrirse al otro
y a la trascendencia.
Enfocada así,
la literatura para los sacerdotes y todas
las personas es un potente ejercicio de
transformación personal, un entrenamiento
para “buscar y explorar la verdad de las
personas y las situaciones”, con un enfoque
particular y a la vez universal.
La
literatura cambia, a los lectores, los hace
más abiertos y sensibles “frente a las
experiencias de los demás”, además de
obligarles a salirse de sí mismos “para
entrar en lo profundo de su interior”.
Reflexionando sobre las limitaciones y las
fragilidades de los demás tenemos también la
oportunidad concluye el papa Francisco de
“reflexionar nuestra propia vida”, lo que
multiplica nuestra comprensión del prójimo.
Para Francisco, la lectura es una de las
actividades que más puede contribuir a
humanizar a una persona: a hacerla
consciente de quién es, a que reconozca la
voz del otro, y la de Dios.
¡Hasta el próximo encuentro…!
Dr.(c). Washington Daniel Gorosito Pérez
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- Ano VI • 71 • 2025