
Poemas ibéricos
Santiago Aguaded Landero
Poemas ibéricos (33) GENOVEVA FAÍSCA
Veva Faísca (Faro, 1963) es una de las mejores cantantes de Portugal. Es una gran improvisadora pero también canta blues, bossa nova, “estándares” de jazz y música tradicional portuguesa. De joven comenzó a tocar la flauta y de ahí paso a la voz con imitaciones de sonidos animales. Una parte importante de su vida profesional ha sido el teatro. Como actriz ha estado regularmente en escena con espectáculos diversos, con clásicos como “Edipo-rey” y “El despertar de la primavera”, con dirección de João Mota, y con su compañía Meia Preta, especializada en la técnica de la máscara y en teatro infantil. En su carrera como cantante ha hecho multitud de colaboraciones, por ejemplo, con el francés Héctor Zazou, antes de la muerte del músico. Ha editado discos colectivos como “Way out - new music from Portugal vol. 1” (1997), concebida por Rui Eduardo Paes (con “torch song”, una colaboración con el percusionista José Oliveira), y “cantigas de amigos”, editada en 1999 por Sony Music, que es una colección de temas tradicionales portugueses con producción de João Balão y José Moz. También ha trabajado como contadora de cuentos. Aquí presentamos una nueva faceta de La artista como poeta. Hemos extraído un poema de su primer libro de poema “La Donna ignobile” editado por el Municipio de Olhão, dentro de la colección Poesía a Sul (nº6) en el año 2020.
A
SCENA DO ÓDIO
Sai.
Odeio-te.
Odeio essas barbas
despenteadas de profeta
Filtrando palavras raivosas,
Ondeando como cobras de olhar
petrificante em
frente a
essa boca de dentes carnívoros e
desalinhados,
Serrilha que
protege língua de gigantesco e
viperino calor,
Húmida,
Violenta,
Capaz de mergulhar
nos mais límpidos vasos e
transtorná-los
Como se lagos
cristalinos se pudessem tornar
Profundos e tenebrosos
oceanos,
Como se preciosos
néctares se tornassem em
alcoólica
poção de viscerais
poderes
Transcendentais
saberes
Daqueles que matam
só de se pensar no seu sabor.
Odeio-te.
Leva daqui
a tua presença
E leva também
esse odor subtil mas ainda assim
presente
Odor que augura nos
animais que por ti se deixam
subjugar
Um profundo pavor
do aniquilamento, da total
incapacidade de movimento apenas
pela momentânea inalação
Desse odor que tão bem camuflas
na tua malignidade
Mas que os
meus sete sentidos farejam á
légua,
Esse, sim esse,
Esse que guardas no centro do
teu peito de Cristo
anacordato
Lá no fundo desse
poço de sentimentos
Vazio de
tão explosivo,
Convencido
que o mimetizas no teu esgar
reptilínio
de quem se escapa
de si próprio como de urna
prisão.
Leva-o daqui!
E Leva também esses braços e
essas mãos de certezas cheias
Que não erram um milímetro
guando atacam
E que
aprofundam as agressões mais
troantes sem remorso algum
Sem nenhum escrúpulo
E podem
repetir e repetir sem cansaço a
mais cruel
certeza com
aparência errática
E podem
deixar gravadas as bofetadas que
não deram
Em forma de
palavras
Onde os beijos mais
escaldantes se fizeram sentir.
Leva tudo!
E leva
também a falsa e viciosa
refeição
Veneno disfarçado de
alimento perfeito
Maná
saboroso que se cola ao céu da
boca com volúpia
Ambrósia
que inebria, mas que não sacia,
Anestesiando num segundo
toda a capacidade de reação
Não deixando nem defesa nem
ataque
Nem fuga que nos
salve
Veneno que alimenta a
própria vulnerabilidade da
presa inconsciente e feliz
Feliz pela total e ignóbil
ignorância da eternidade que
É contida pelo momento seguinte
Pela palavra seguinte
Pela respiração seguinte
Pelo estertor que percorre cada
célula durante a hora
que
não mais será a seguinte.
Vai.
Odeio-te.
Só não levas o eu em que me
tornei depois de ti
Isso não
Nem a força gigantesca e
lúcida deste odiar que te será
para sempre destinado.
Espera! Uma coisa mais
gostaria que levasses:
A
consciência
plena
visceral
total
do magma
imenso e ignóbil e incomportável
que se esconde no meu ódio.
E agora, vai.
Do livro “LA DONNA IGNOBILE” (pp. 90-93)
A SCENA DO ODIO*
Sal.
Te odio.
Odio esas barbas
despeinadas de profeta
filtrando palabras airadas,
ondeando como serpientes de ojos
que petrifican
frente a esa
boca de dientes carnívoros y
desaliñados,
serrucho que
protege las lenguas del calor
gigante y viperino,
Húmedo,
violento,
Capaz de
sumergirse en los recipientes
más claros y alterarlos
Como
si los lagos cristalinos se
pudieran convertir en
Océanos profundos y tenebrosos,
Como si los exquisitos
néctares pudieran volverse
alcohólicos pociones
de
poderes viscerales
saberes
trascendentales
de los que
matan con sólo pensar en su
sabor.
Te odio.
Llévate tu presencia
Y
llévate también ese sutil olor
todavía presente
olor que
augura en los animales que se
dejan subyugar por ti
Un
profundo temor a la
aniquilación, a la total
incapacidad para moverse sólo
por inhalación instantánea
Ese olor que tan bien se camufla
en tu malignidad
Pero que mis
siete sentidos husmean a leguas,
Ese, sí ese,
Ese que
guardas en el centro de tu pecho
de Cristo descorazonado
En
lo profundo de ese pozo de
sentimientos
Vacío y tan
explosivo,
Convencido de que
le imitas en tu mueca de reptil
De alguien que escapa de sí
mismo como de una prisión.
¡Llévatelo de aquí!
Y
también esos brazos y esas manos
llenas de certezas
Que no
pierden ni un milímetro cuando
atacan
Y que profundizan las
agresiones más estruendosas sin
ningún remordimiento
Sin
ningún escrúpulo
Y se pueden
repetir y repetir sin cansarse
la más cruel
certeza con
apariencia errática
Y pueden
dejar grabadas las bofetadas que
no dieron
En forma de
palabras
Donde los besos más
calientes se hicieron sentir.
¡Llévatelo todo!
Y también la comida falsa y
viciosa
Veneno disfrazado de
alimento perfecto
Maná
sabroso que se pega al paladar
con lujuria
Ambrosía que
embriaga, pero no satisface,
Anestesiando en un segundo toda
capacidad de reacción
Sin
dejar defensa ni ataque
Ni
escapatoria que nos salve
Veneno que alimenta la propia
vulnerabilidad de la presa
inconsciente y feliz
Feliz
por la total e innoble
ignorancia de la eternidad que
Está contenida por el momento
siguiente
Por la palabra
siguiente
Por el aliento
siguiente
Por el estertor
que recorre cada célula durante
la hora
que ya no será más..
Vete.
Te odio.
Simplemente no te llevaras ese
yo en el que me he convertido
después de ti
¡Eso no!
Ni la gigantesca y lúcida
fuerza de este odio que te será
... para siempre destinado.
¡Espera! Una cosa más
que me gustaría que te llevaras:
La conciencia
completa
visceral
total
del
inmenso, innoble e insoportable
magma
que se esconde en mi
odio.
Y ahora, vete.
*Titulo
en portugués a petición de la
autora
FRAU FUNKE
(POEMA DE SAL PARA LA ARTISTA)
ELLA es melancólica y
melómana.
La voz que describe
un arco ojival
sin centros.
¿Es tu palabra avispa
o es -
como una duna- arena?
Vana es la belleza sin voz ni
sombra.
Mas ¿qué pasa con
los sabores, señora?
Si hay
para todas las vocales un color,
¿qué color qué sabor para tu
fuego vocativo?
Vana es
la belleza sin voz ni sombra.
¿Te gusta el dolor y la
danza? De niña
coleccionabas
tréboles y aromas,
insectos
y drusas? ¿Jugabas con fuego?
Te ofrezco el otoño de mi
memoria.
Vana es la
belleza sin voz ni sombra.
Sólo tengo el encanto del
mar
y no sé distinguir entre
besos y raíces
Ni siquiera
entre el fuego y cuatro aguas
Porque todo arde si existe la
chispa adecuada
Vana es
la belleza sin voz ni sombra.
Sin embargo, pondría a SAL
en el fuego…
hasta que el
infierno eche chispas tan
grandes
como castillos, como
cerberos
de un intenso
negro.
Vana es la
belleza sin voz ni sombra.
ELA é
melancólica e melómana.
A voz
que descreve um arco ogival
sem centros. É sua palavra vespa
ou como uma duna é areia?
Vã
é a beleza sem voz nem sombra.
Mas o que há dos sabores,
Senhora?
Se há para
todas as vogais cores,
que
cor que gosto para o teu fogo
vocativo?
Vã
é a beleza sem voz nem sombra.
Gostas da Dor e da Dança? Em
menina
coleccionavas trevos
e odores,
insectos e drusas?
Brincavas com fogo?
Ofereço-vos o outono da minha
memória.
Vã
é a beleza sem voz nem sombra.
Eu tenho apenas o enlevo do
mar
e não sei distinguir entre
beijos e raízes
Nem entre
fogo frío e quatro águas
Porque todo queima se a faísca
certa existir
Vã é a beleza
sem voz nem sombra.
No
entanto poria SAL no fogo...
até que o inferno
solte grandes fagulhas,
como
castelos, como cérberos
dum
preto intenso.
Vã é a beleza
sem voz nem sombra.
Traducción al português de SAL
- n.35 • abril 2022