Encuentro con Gorosito…
Daniel Gorosito Pérez
EL POEMA DE BORGES SOBRE LA GUERRA DE LAS MALVINAS
- Partilhar 20/03/2022
“Las Malvinas fue una
guerra
entre dos calvos por un peine”
Jorge Luis Borges
2
abril 1982 - 2 de abril 2022
El 2 de abril se cumplen
40 años del aniversario en que la República
Argentina en una medida desesperada llevada
a cabo por la Junta Militar que gobernaba el
país decidió tomar por la fuerza las Islas
Malvinas, para los ingleses Falkland, visto
el “agotamiento” de su gobierno, sumido en
la crisis económica y política.
Me
pegó de cerca la guerra, primero en lo
geográfico, vivía en ese entonces en
Uruguay, mi país de origen y escribí un
artículo en el periódico de la Universidad
el querido “Primera Plana”, titulado
Verdaderamente… tiempos sombríos, por que la
guerra es eso sombría, tétrica, poca luz, no
hay guerras justas, a pesar de que
históricamente nos han querido como dicen
hoy los mercadólogos “vender esa idea”, más
de una vez en la vida y aclaro que pienso
que “Las Malvinas son Argentinas”, pero esa
no era ni será la vía para recuperarlas, hay
que apelar a la diplomacia.
También
me pegó en la edad, tenía la misma de la
mayoría de esos jóvenes conscriptos, chicos
bajo bandera o colimbas (corra, limpia y
barra) como se les llamaba, que dejaron su
vida en gran número en las frías latitudes
del sur de continente. Me pegó en el
apellido, tres de estos jóvenes apellidados
Gorosito descansan eternamente en el fondo
del Atlántico Sur, ya que formaban parte de
la tripulación del Crucero ARA General
Belgrano, que fuera hundido por el submarino
nuclear británico HMS Conqueror fuera de la
zona de exclusión transformándose en un
crimen de guerra aún no juzgado.
Aunque como dice una de las estrofas de la
canción de León Gieco que se transformó en
himno en ese momento cantada a dúo con la
popular Mercedes Sosa (La Negra)
fallecida en el 2009:
Sólo le pido a Dios
que la guerra no me sea indiferente
es un
monstruo grande y pisa fuerte
toda la
pobre inocencia de la gente.
Y acaso de inocencia
habrá pecado Jorge Luis Borges que en sus
inicios le prestó apoyo a los miembros de la
Junta Militar que dieron el golpe de Estado
el 24 de marzo de 1976 derrocando a Isabel
Martínez de Perón.
Dos meses después,
el miércoles 19 de mayo de 1976, la Comisión
Directiva de la Sociedad Argentina de
Escritores (SADE) entre los que se
encontraban Borges y Ernesto Sábato,
compartieron el pan y la sal en la Casa
Rosada durante más de dos horas con el Tte.
General Rafael Videla y otros militares.
Antes del ingresar a almorzar, Borges
interrogado por la prensa externo: “Yo
simplemente contestaré lo que me pregunten.
Soy tímido y ante tanta gente importante
seguramente me sentiré abochornado”.
Días antes, al retornar de un viaje de más
de cuatro meses por los Estados Unidos en el
que se había sometido a una cirugía en sus
ojos, el escritor le dijo a los periodistas:
“la felicidad con que en California escuché
a Caillet- Bois (poeta argentino) la noticia
de que ahora estábamos gobernados por
caballeros, como son los militares, y no por
el hampa. Felicidad desbordante, a juzgar
por la efusión: “cuando Caillet- Bois me
informó, nos abrazamos y lloramos”.
Al otro día de la reunión con Videla, el 20
de mayo, el diario La Prensa de Buenos Aires
publicaba el punto de vista de Borges sobre
el encuentro con Videla: “Le agradecí
personalmente el golpe del 24 de marzo, que
salvó al país de la ignominia, y le
manifesté mi simpatía por haber enfrentado
las responsabilidades del gobierno. Yo nunca
he sabido gobernar mi vida, menos podría
gobernar un país” (…).
Y llegó la
“recuperación” de las Islas Malvinas,
Georgias y Sándwich del Sur, la denominada
“Operación Rosario”. Al llevarse a cabo esta
las declaraciones de Jorge Luis Borges no se
hicieron esperar y las mismas se generaron
durante todo este proceso bélico y posterior
a la derrota argentina.
“Los
militares que nos gobiernan son tan
incompetentes, tan ignorantes… los militares
nuestros son mucho más peligrosos para
nuestros compatriotas que para el enemigo
inglés”.
“Nadie conocía esas islas.
Hizo falta que nuestros militares las
desenterraran para hacer la guerra. Los
militares argentinos debieron haber
consultado un abogado antes de iniciar la
guerra”.
Sobre el hundimiento del
Belgrano:
“Estoy triste, mandaron a esos
pobres muchachos de veinte años a morir al
sur y pelear contra veteranos, expertos en
el arte de la guerra. Solamente en el
Belgrano murieron cientos. Claro que los
militares dirán que al lado de los
desaparecidos esa cifra no es nada, pero no
creo que les convenga ese argumento”.
El Periodismo:
Hasta dijo que tuvo
apoyo del periodismo, el alcohólico (se
refirió al Tte. General Galtieri), contestó
a un periodista que le preguntó que haría
Argentina si Inglaterra le haría frente.
“Argentina hará lo mismo”, evidentemente
había bebido, sostuvo Borges, no midió poder
de fuego, estrategia, ganancias versus
pérdidas, no midió nada.
Perón:
“Galtieri quería parecerse a Perón, es
imposible imaginarse una ambición más
modesta” (Sic) Borges. Galtieri salió al
balcón, se embriagó de los gritos de la
gente, extendía las manos, parecía Perón”.
Irónico.
“Las islas habría que
regalárselas a Bolivia para que tenga salida
al mar”.
En 1985 el escritor
argentino declaraba:
“La decisión de
invadir Malvinas fue una estupidez que debió
ser tomada por una docena de militares
borrachos”.
Futuro:
“Si hubieran
ganado y reconquistado las islas,
posiblemente, los militares se hubieran
perpetuado en el poder y tendríamos régimen
de aniversarios, de estatuas ecuestres, de
falta de libertad total.
Hasta me
inclinaría a pensar, sostenía, que los
militares dudaron en hacer la guerra con
Chile o con Inglaterra, pero como Inglaterra
quedaba muy lejos no midieron que los
ingleses aceptarían el desafío gustosos”.
Y en ese mismo año Jorge Luis Borges
publicará su último libro de poemas, “Los
conjurados”, en este incluirá un poema
titulado: Juan López y John Ward en el que
plasma un homenaje a los caídos en las
batallas y una crítica a lo absurda que es
la guerra.
Se dice que Borges había
declinado de su apoyo a los militares y en
sus declaraciones anteriores lo podemos
constatar. Recordemos que en ese almuerzo
también estuvo presente Ernesto Sábato quien
fue mejor tratado por la izquierda ya que
después de la caída del gobierno militar por
la derrota en las Islas Malvinas, y luego
del regreso a la democracia, presidió la
Comisión Nacional sobre la Desaparición de
Personas (CONADEP) que investigara las
violaciones a los derechos humanos en el
país entre 1976 y 1983 a manos del llamado
Proceso de Reorganización Nacional.
El 20 de septiembre de 1984
entregó el informe titulado “Nunca Más”, al
presidente electo democráticamente Raúl
Alfonsín, el mismo también conocido como
Informe Sábato fue la principal prueba para
iniciar los juicios a los militares
argentinos.
Pero regresemos a Jorge
Luis Borges, ese sí siempre muy castigado,
incluso cuando escribió este poema caía
sobre él la sombra de sectores nacionalistas
y de izquierda de su país que lo definían
como “un escritor británico que escribe en
castellano”.
La primera vez que se
publicó el poema fue en el suplemento
Cultura y Nación el 26 de agosto de 1982 en
el diario Clarín de Buenos Aires. La fecha
de su publicación nos dice que Borges lo
escribió apenas terminó la guerra que fue el
14 de junio de ese año.
JUAN LÓPEZ Y JOHN WARD
Les tocó una suerte un
poco extraña.
El planeta había sido
parcelado en distintos países, cada uno
provisto de lealtades, de queridas memorias,
de un pasado sin duda heroico, de derechos
de agravios, de una mitología peculiar, de
próceres de bronce, de aniversarios y de
símbolos.
Esa división, cara a los
cartógrafos, auspiciaba las guerras.
López había nacido en la ciudad junto al río
inmóvil; Ward, en las afueras de la ciudad
por la que camino Father Brown.
Había estudiado castellano para leer
El Quijote.
El otro profesaba el amor
de Conrad, que le había sido revelado en una
aula de la calle Viamonte.
Hubieran
sido amigos, pero se vieron una sola vez
cara a cara, en unas islas demasiado
famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y
cada uno, Abel.
Los enterraron
juntos. La nieve y la corrupción los
conocen.
El hecho que refiero pasó en
un tiempo que no podemos entender.
¡Hasta el próximo encuentro…!
Dr.(c). Washington Daniel Gorosito Pérez
- n.35 • abril 2022