Daniel Gosorito Pérez

Encuentro con Gorosito…

Daniel Gorosito Pérez

LOS RESTOS DEL NOBEL MIGUEL ÁNGEL ASTURIAS A GUATEMALA

“¡Patria de las perfectas aves, libre vive el quetzal y
encarcelado muere, la vida es libertad, patria, lo sabes¡”
Miguel Ángel Astúrias

Al cumplirse 50 años del fallecimiento del escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias Rosales, quien nació en Ciudad de Guatemala el 19 de octubre de 1899, y que obtuviera el Premio Nobel de Literatura en 1967, siete años después de haber salido al exilio por su oposición a la dictadura existente en su país; los integrantes de su familia confirmaron que traerán sus restos a su lugar de origen, procedentes de Francia donde fue sepultado en 1974.

Fue el segundo autor latinoamericano en recibir el Nobel, después que en 1945 la Academia sueca se le otorgara el galardón a la poeta chilena Gabriela Mistral. “Por su vivido logro literario profundamente arraigado en los rasgos y tradiciones nacionales de los pueblos indígenas de América Latina” (Palabras de la Academia Sueca al concederle el máximo premio literario a nivel mundial), al escritor guatemalteco.

Escritor, periodista y diplomático, fue embajador en México, Argentina y El Salvador. Asturias contribuyó al desarrollo de la literatura latinoamericana, influyó en la cultura occidental, y al mismo tiempo, llamó la atención sobre la importancia de las culturas indígenas, en particular las de Guatemala.

Miguel Ángel Asturias Amado, hijo del autor de “Leyendas de Guatemala”, externó: “Los últimos dos Gobiernos me han propuesto traer sus restos. Me he negado rotundamente, porque esos Gobiernos son parte del “Pacto de Corruptos”, por lo cual mi padre no hubiera estado de acuerdo”. Catalogó la decisión de traer los restos de su padre a Guatemala como “afectiva” y “política”, que indicó sería avalada por el escritor.

Asturias Amado y el presidente de Guatemala Arévalo de León, confirmaron que los restos del escritor volverán al país, “a descansar entre los hombres y mujeres de maíz”, en palabras del gobernante.

El presidente guatemalteco dijo que: “Hablar de Asturias es hablar de nuestra historia” y recordó “su lucha estudiantil”, su participación “política activa”, su “cruel exilio”, pero también su “obra literaria”, a la que catalogó de “genial”.

Los restos de Asturias Rosales están en París, Francia, en el cementerio de Pére- Lachaise, donde fue enterrado posterior a su fallecimiento en Madrid- España, el 9 de junio de 1974. El escritor vivió en París y parte de su obra fue influenciada por esa estancia. En una entrevista telefónica, ante la pregunta del periodista y ensayista Alberto Diazlastra: ¿Considera usted su obra influenciada por el surrealismo?

Asturias contentó: “En parte sí, pero debo hacer algunas salvedades. Viví en París en los años de la revolución surrealista y en cierta forma participé en ella, pero tengo el concepto de que en mis escritos existe otra clase de superrealismo: me explico. El surrealismo francés es sobre todo intelectual, y en mis obras hay una superrealidad que corresponde a la mentalidad primitiva del indígena culto de nuestra población. Es lo que he llamado la “realidad mágica”, que da nacimiento a una novelística que denomino “realismo mágico”.

Los restos del escritor regresarán a Guatemala el 19 de octubre, fecha en la que se cumplen 125 años de su natalicio en Ciudad de Guatemala en 1899.

Asturias Amado al referirse a la repatriación de los restos de su padre, dijo que se cumplirán los deseos expresados en sus “Letanías del desterrado”, poema en el que el escritor abordó su exilio en Argentina, Chile y luego en Europa. Comparto la primera parte de dicho poema.

LETANÍAS DEL DESTERRADO (1ª. Parte).
Y tú, desterrado:
Estar de paso, siempre de paso,
tener la tierra como posada,
contemplar cielos que no son nuestros,
vivir con gente que no es la nuestra,
cantar canciones que no son nuestras,
reír con risa que no es la nuestra,
estrechar manos que no son nuestras,
llorar con llanto que no es el nuestro,
tener amores que no son nuestros,
probar comida que no es la nuestra,
rezar a dioses que no son nuestros,
oír un nombre que no es el nuestro,
pensar en cosas que no son nuestras,
usar moneda que no es la nuestra,
sentir caminos que no son nuestros…

¡Hasta el próximo encuentro…!
Dr.(c). Washington Daniel Gorosito Pérez
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